Los lácteos
Lácteos son todos aquellos alimentos
de derivan de la leche. Los lácteos se caracterizan por tener texturas suaves y
cremosas.
La leche de vaca es empleada
mayoritariamente en la elaboración de los lácteos , aunque también puede
consumirse leche procedente de otros mamíferos tales como la cabra o la oveja
y, en algunos países, la búfala, la camella, la yak, la yegua, y otros
animales. En la actualidad la mayor parte de los alimentos funcionales se
elaboran a partir de productos lácteos. El consumo de productos lácteos ha
experimentado, desde la década de 1950, un considerable crecimiento en la
demanda mundial que ha llevado a la industria a superar retos tecnológicos
importantes.
Las plantas industriales
que producen estos alimentos así como la leche y productos lácteos, conocen que
son productos altamente perecederos y que deben mantener rigurosamente la
cadena de frío. Es por esta razón que los envases están especialmente diseñados
para salvaguardarlos.
Antecedentes históricos:
El consumo
humano de la leche de origen animal comenzó hace unos 11 000 años con la
domesticación del ganado durante el llamado óptimo climático. Este proceso se
dio en especial en oriente medio, impulsando la revolución neolítica. El primer
animal que se domesticó fue la vaca, a partir del Bos primigenius, después la
cabra, aproximadamente en las mismas fechas, y finalmente la oveja, entre 9000
y 8000 a. C. Existen hipótesis, como la del genotipo ahorrador, que afirman que
este supuso un cambio fundamental en los hábitos alimentarios de las
poblaciones cazadoras-recolectoras, que pasaron de alimentarse con ingestas
abundantes, pero esporádicas a recibir aportes diarios de carbohidratos. Según
esta teoría, este cambio hizo que las poblaciones euro-asiáticas se volviesen
más resistentes a la diabetes tipo 2 y más tolerantes a la lactosa en
comparación con otras poblaciones humanas que solo más recientemente conocieron
los productos derivados de la ganadería. Sin embargo, esta hipótesis no ha
podido ser verificada e incluso su propio autor, James V. Neella ha refutado,
alegando que las diferencias observadas en poblaciones humanas podrían deberse
a otros factores ambientales.
Respecto a
la capacidad de los adultos para tolerar los productos lácteos sin fermentar,
en especial la leche, se han esgrimido varias hipótesis. Una de ellas es que el
gen responsable de la lactasa (enzima que hidroliza la lactosa), un gen raro y
poco frecuente en las poblaciones europeas del Neolítico, posiblemente se ha
conservado como consecuencia de incluir los productos lácteos en la alimentación
humana. Habría aparecido hace 7500 años en una zona centrada alrededor de la
actual Hungría, y aunque este gen compensaría la deficiente síntesis de
vitamina D en latitudes septentrionales, este no parece un factor
imprescindible para su aparición.
Es muy
posible que los productos lácteos estén unidos al consumo humano desde los
tiempos de las antiguas tribus nómadas del Neolítico. El ser humano logró la
domesticación de cabras y ovejas probablemente hace casi unos 9000 años en las
zonas del Mediterráneo Oriental, aunque no existen registros de consumos
lácteos hasta hace unos mil años después de tal domesticación: hace 8500 años
puede suponerse la incipiente producción láctea para consumo humano, aunque de
hace 4.000 años es cuando datan importantes producciones de leche de vaca,
cabra y oveja en zonas como el noreste de Anatolia. Debido a la gran
disponibilidad de leche procedente de los ganados que se desplazaban con la
población, la elaboración de ciertos lácteos como el queso se asocia en la
cultura popular con las costumbres culinarias de los pastores de ganado.
Algunos autores mencionan que el mismo puede haberse originado en la
fermentación de la leche que se almacenaba en las vasijas elaboradas con los
estómagos de animales.
Durante la
Edad Antigua y la Edad Media, la leche era muy difícil de conservar y, por esta
razón, se consumía fresca o en forma de quesos. Con el tiempo se fueron
añadiendo otros productos lácteos como la mantequilla. La revolución industrial
en Europa, alrededor de 1830, trajo la posibilidad de transportar la leche
fresca desde las zonas rurales a las grandes ciudades gracias a las mejoras en
los transportes. Asimismo, han ido apareciendo nuevos instrumentos en la industria
de procesado de la leche. Uno de los más conocidos es el de la pasteurización,
sugerida para la leche por primera vez en 1886 por el químico agrícola alemán
Franz von Soxhlet. Estas innovaciones han conseguido que la leche tenga un
aspecto más saludable, unos tiempos de conservación más predecibles y un
procesado más higiénico.
Principio
de los lácteos:
Como se
mencione anteriormente los productos lácteos derivan de la leche, veamos porque
es tan importante este alimento.
la Leche:
La
leche es una secreción nutritiva de color blanquecino opaco producida por las
células secretoras de las glándulas mamarias o mamas de las hembras de los
mamíferos, incluidos los monotremas. No todas las leches de los mamíferos
poseen las mismas propiedades. Por regla general puede decirse que la leche es
un líquido de color blanco mate y ligeramente viscoso, cuya composición y
características físico-químicas varían sensiblemente según las especies
animales, e incluso según las diferentes razas. Estas características también
varían en el curso del período de lactación, así como en el curso de su
tratamiento es un alimento de alta calidad nutricional.
Está compuesta principalmente por agua,
glúcidos, grasas, además de minerales (calcio, fósforo, magnesio, cloro,
azufre, hierro, zinc, cobre) y vitaminas (Vit A, Carotenos, Vit del complejo
B, Vit D, E y C en menor cantidad) de
muy alta disponibilidad necesarios para la nutrición humana. Destaca su
contenido en proteínas de alto valor biológico y es la fuente más importante de
calcio de la dieta.
Su
principal función es la de nutrir a las crías hasta que son capaces de digerir
otros alimentos, además de proteger su tracto gastrointestinal contra
patógenos, toxinas e inflamación y contribuir a su salud metabólica regulando
los procesos de obtención de energía, en especial el metabolismo de la glucosa
y la insulina. Esta capacidad es una de las características que definen a los
mamíferos. Es el único fluido que ingieren las crías de los mamíferos (niño de
pecho en el caso de los seres humanos) hasta el destete. La secreción láctea de
una hembra en los días anteriores y posteriores al parto se llama calostro.
Las
leches de algunos de los mamíferos domésticos (de vaca, principalmente, debido a las propiedades que
posee, a la cantidad que se obtiene, agradable sabor, fácil digestión, así como
la gran cantidad de derivados obtenidos, pero también de búfala, oveja, cabra, "la leche de cabra es ideal para elaborar
dulce de leche” yegua, camella, alce, cerda y otros) La leche de vaca se
utiliza también en la alimentación animal. El consumo de determinados tipos de
leche depende de la región y el tipo de animales disponibles; Está compuesta
principalmente por agua, iones (sal, minerales y calcio), glúcidos (lactosa),
materia grasa y proteínas. Hay evidencias de que, además, la leche de casi
todos los mamíferos (incluidos los humanos) contiene derivados de la morfina
llamados casomorfinas, que se encargan de mantener cierto nivel de adicción en
los lactantes para incentivar su apetito, así como de tranquilizarlos en sus
primeras etapas de la nueva vida. Estas sustancias podrían explicar por qué
muchas personas son adictas a la leche o sus derivados incluso en la edad
adulta. La suma de todos estos nutrientes hacen de la leche en un alimento
especialmente importante en periodos de crecimiento y desarrollo (infancia y
adolescencia) y en situaciones fisiológicas concretas (embarazo y lactancia).
Su consumo también contribuye al buen mantenimiento de la masa ósea en el
adulto y en el anciano. Son alimentos de fácil consumo y en su conjunto de
fácil digestión, el valor nutricional total de la leche es mayor que el valor
individual de los nutrientes que la componen debido a su balance nutricional
único. La leche de los mamíferos marinos, como las ballenas (por ejemplo), es
mucho más rica en grasas y nutrientes que la de los mamíferos terrestres y la
leche de burra y de yegua son las que contienen menos materia grasa, mientras
que la de foca contiene más de un 50 % de aquella.
La
leche de vaca contiene lactosa, azúcar natural de la leche, responsable de su
sabor ligeramente dulce. Presenta una acción de protección para el organismo
(acción prebiótica), que limita el desarrollo de bacterias patógenas y favorece
el desarrollo de la flora natural.
La
leche de vaca tiene una densidad media de 1,032 g/ml. Es una mezcla compleja y
heterogénea compuesta por un sistema coloidal de tres fases:
• Solución: los minerales así como los
glúcidos se encuentran disueltos en el agua.
• Suspensión: las sustancias proteicas se
encuentran con el agua en suspensión.
• Emulsión: la grasa en agua se presenta
como emulsión.
Contiene
una proporción importante de agua (cerca del 87 %). El resto constituye el
extracto seco que representa 130 gramos (g) por l y en el que hay de 35 a 45 g
de materia grasa.
Otros
componentes principales son los glúcidos lactosa, las proteínas y los lípidos.
Los componentes orgánicos (glúcidos, lípidos, proteínas, vitaminas), y los
componentes minerales (Ca, Na, K, Mg, Cl). La leche contiene diferentes grupos
de nutrientes. Las sustancias orgánicas (glúcidos, lípidos, proteínas) están
presentes en cantidades más o menos iguales y constituyen la principal fuente
de energía. Estos nutrientes se reparten en elementos constructores, las
proteínas, y en compuestos energéticos, los glúcidos y los lípidos. El pH de la leche es ligeramente
ácido (pH comprendido entre 6,6 y 6,8). Otra propiedad química importante es la
acidez, o cantidad de ácido láctico que contiene, que suele estar en torno al
0,15-0,16 %.
La
leche proveniente de la vaca (Bos primigenius taurus) es la más
importante para la dieta humana y la que tiene más aplicaciones industriales.
La leche de vaca de la raza Holsteines
la que se emplea con mayor frecuencia en las granjas lecheras.
• La vaca europea e índica (Bos
primigenius taurus) se comenzó a domesticar hace 11000 años con dos líneas
maternas distintas, una para las vacas europeas y otra para las índicas. El
ancestro del actual Bos taurus se denominaba Bos primigenius. Se trataba de un
bovino de amplios cuernos que fue domesticado en Oriente Medio, se expandió por
parte de África, y dio lugar a la famosa raza cebú de Asia central. El cebú es
valorado por su aporte cárnico y por su leche. La variante europea del Bos
primigenius tiene los cuernos más cortos y está adaptada para la cría ganadera
en establo. Es la que ha acabado dando un mayor conjunto de razas lecheras
tales como la Holstein, Guernsey, Jersey, etc.
• El búfalo: El denominado búfalo de agua
(Bubalus bubalis) fue domesticado en 3000 a. C. en Mesopotamia. Este animal es
muy sensible al calor y su nombre denota la costumbre que tiene de meterse en
el agua para protegerse de él. En general, es poco conocido en Occidente. Los
árabes lo trajeron a Oriente Medio durante la Edad Media (700 a. C.). Su empleo
en ciertas zonas de Europa data de aquella época. Por ejemplo, en la
elaboración de la famosa mozzarella de búfala italiana. Los productos
elaborados con leche de búfala empiezan a sustituir en algunas comunidades a
los de leche de vaca.
• El yak, llamado científicamente Bos
grunniens, es un bovino de pelo largo que contribuye de forma fundamental en la
alimentación de las poblaciones del Tíbet y de Asia central. Posee una leche
rica en proteínas y en grasas (su concentración es superior a su equivalente
vacuno). Los tibetanos elaboran con ella mantequillas y diferentes productos
lácteos fermentados. Uno de los más conocidos es el té con mantequilla salado.
• La oveja se domesticó en el levante
mediterráneo, principalmente a partir de Ovis aries. A partir de evidencias
arqueológicas se han identificado cinco líneas mitocondriales producidas entre
el 9000 y 8000 a. C. La leche de oveja es más rica en contenido graso que la
leche de búfalo e incluso es más rica en contenido proteínico. Es muy valorada
en las culturas mediterráneas.
• La cabra comenzó a domesticarse
principalmente en el valle de Éufrates y los montes Zagros a partir de Capra
aegagrus aproximadamente al mismo tiempo que las vacas (hace 10 500 años).
Posee una leche con un sabor y aroma fuertes. La leche caprina es algo distinta
a la de la oveja, principalmente en lo que respecta al sabor, contiene una
mayor cantidad de cloruros lo que le da el sabor levemente salado. Además es
más “gruesa” en contenido de natas (caseinatos), y presenta mayores niveles de
calcio. Con la materia grasa de esta leche se elabora el queso de cabra.
• El camello es un pariente lejano a los
bóvidos y los ovicápridos (cabras y ovejas). Fue domesticado en el 2500 a. C.
en Asia Central. Su leche es muy apreciada en los climas áridos donde algunas
culturas la utilizan constantemente, por ejemplo, la gastronomía del noroeste
de África.
• La llama y la alpaca son animales
comunes en la serranía andina en América del Sur. Su producción láctea se
dirige principalmente al consumo local y no tiene mayor proyección industrial.
• Cérvidos: En diversas poblaciones
cercanas al Ártico es frecuente el consumo de la leche de cérvidos, como el
reno (Rangifer tarandus) y el alce (Alces alces). Esta última se comercializa
en Rusia y en Suecia. Algunos estudios sugieren que puede proteger a los niños
contra las enfermedades gastrointestinales.
• Équidos: La producción de leche de yegua
es muy importante para muchas poblaciones de las estepas de Asia central, en
especial para la producción de un derivado fermentado llamado kumis, ya que
consumida cruda tiene un poderoso efecto laxante. Esta leche tiene un contenido
más elevado en glúcidos que la de cabra o vaca y por ello es más apta para
fermentados alcohólicos. Se calcula que en Rusia existen unas 230 000 caballos
dedicados a la producción de Kumis. La leche de asna es una de las más
semejantes a la humana en cuanto a composición. Se han realizado estudios con
éxito para suministrarla como alimento a niños alérgicos a la leche de vaca.
También existen granjas en Bélgica que producen leche de asna para usos
cosméticos. Una de las personas de las llamadas “extremas longevas”, la
ecuatoriana María Ester Capovilla, quien falleció a la edad de casi 117 años,
alegó que el secreto de su longevidad era el consumo diario de este tipo de
leche. La leche de cebra se ha convertido en un artículo demandado por
millonarios excéntricos.
Las
sustancias proteicas de la leche son las más importantes en el aspecto químico.
Se clasifican en dos grupos: proteínas (la caseína se presenta en 80 % del
total proteínica, mientras que las proteínas del suero lo hacen en un 20 %), y
las enzimas.
La
actividad enzimática depende de dos factores: la temperatura y el pH; y está
presente en todo el sistema de diversas formas. La fosfatasa es un inhibidor a
temperaturas de pasteurización e indica que se realizó bien la pasteurización.
La reductasa es producida por microorganismos ajenos a la leche y su presencia
indica que está contaminada. La xantoxidasaen combinación con nitrato de
potasio (KNO3) inhibe el crecimiento de bacterias butíricas. La lipasa oxida
las grasas y da olor rancio a los productos y se inhibe con pasteurización. La
catalasa se incrementa con la mastitis y, si bien no deteriora el alimento, se
usa como indicador microbiológico.
Composición de la leche
Inmediatamente
después del parto, la hembra del mamífero comienza a producir secreciones
mamarias; durante los dos o tres primeros días produce el calostro. Pasado este
período, el animal sintetiza propiamente la leche durante todo el periodo de
lactancia, que varía de 180 a 300 días (dependiendo de muchos factores), con
una producción media diaria muy fluctuante que va desde 3 hasta 25 litros. La
leche se sintetiza fundamentalmente en la glándula mamaria, pero una gran parte
de sus constituyentes provienen del suero de la sangre. Su composición química es muy compleja y
completa, lo que refleja su gran importancia en la alimentación de las crías.
La composición de la leche depende de las necesidades de la especie durante el
periodo de crianza.
Que es la Lactosa
La
lactosa es un disacárido presente únicamente en leches, representando el principal
y único glúcido. Sin embargo, se han
identificado pequeñas cantidades de glucosa, galactosa, sacarosa, cerebrósidos
y aminoazúcares derivados de la hexosamina.
La
lactosa se sintetiza en la glándula mamaria por un sistema enzimático en el que
interviene la α-lactoalbúmina para después segregarse en la leche. Es un 15 %
menos edulcorante que la sacarosa y contribuye, junto con las sales, al sabor
global del alimento. La enzima lactasa hidroliza el enlace glucosídico y separa
el azúcar en glucosa y galactosa, pero su nivel varía entre las diferentes
poblaciones humanas. En los seres humanos, varias mutaciones genéticas han
permitido seguir tolerando la lactosa durante la edad adulta (persistencia de
lactosa), con mayor o menor prevalencia según la zona geográfica. Las poblaciones que no poseen esta mutación
(que son principalmente las asiáticas y africanas) presentan una deficiencia
primaria o permanente de lactasa.
Las
personas sanas con deficiencia primaria o permanente de lactasa son capaces de
consumir al menos 12 g de lactosa por comida (la cantidad contenida en una taza
de leche) sin experimentar ningún síntoma o solo síntomas leves. Esta tolerancia mejora si la leche es
consumida junto con las comidas, eligiendo leche baja en lactosa, sustituyendo
la leche por yogur o quesos curados, o tomando suplementos de lactasa.
Asimismo, el consumo regular de alimentos lácteos por parte de personas con
deficiencia primaria de lactasa puede permitir una adaptación favorable de las
bacterias del colon, que pueden ayudar a la descomposición de la lactosa,
permitiendo una tolerancia progresiva y mantenida a la lactosa.
Cuando
el organismo no es capaz de asimilar correctamente la lactosa y el consumo
sobrepasa el límite tolerado, pueden aparecer diversos síntomas de intolerancia
(intolerancia a la lactosa), tales como dolor abdominal, distensión,
borborigmos, diarrea e incluso estreñimiento y vómitos. No obstante, el consumo de productos lácteos
por parte de personas con intolerancia a la lactosa no produce daños en el
tracto gastrointestinal, sino que se limita a estos síntomas transitorios. Una gran parte de las persona que creen tener
intolerancia a la lactosa no presentan en realidad malabsorción de lactosa,
sino que sus síntomas se deben a la presencia de enfermedades no
diagnosticadas, tales como la enfermedad celíaca, la enfermedad inflamatoria
intestinal o el sobrecrecimiento bacteriano.
Asimismo, la intolerancia a la lactosa con frecuencia es confunida con una
alergia a la leche, especialmente difícil de diagnosticar cuando es no mediada
por IgE.
Lípidos o grasas
Las
propiedades de la leche son el reflejo de los ácidos grasos que contiene. Así
tenemos varios grupos de lípidos presentes en la leche: triacilglicéridos,
diacilglicéridos, monoacilglicéridos, fosfolípidos, ácidos grasos libres,
esteroles y sus ésteres, y algunos glúcidos.
Los
triacilglicéridos se encuentran como pequeñas partículas llamadas glóbulos.
Contienen una gran cantidad de ácidos grasos, identificándose hasta 400 tipos
diferentes en la leche de vaca (los aceites tiene entre 8 y 10). La leche es el
alimento que tiene la composición lipídica más compleja. Sin embargo, el 96 % del total lo conforman
solo 14 ácidos grasos, siendo los más importantes el ácido mirístico, el ácido palmítico
y el ácido oleico. La gran cantidad de grasas se debe a la alimentación del
bovino y a la intensa actividad del rumen. En el caso de las focas, el exceso
de contenido graso se debe a la dieta basada en peces y es parte de una
adaptación natural para que la cría soporte el frío extremo. En el caso de la
leche humana, el contenido graso depende de la nutrición equilibrada de la
mujer durante el embarazo y la lactancia; de ahí que una dieta plenamente
omnívora beneficie al contenido graso exacto de la leche.
Caseínas
De
todas las proteínas presentes en la leche, las más comunes y representativas
son tres, y todas son caseínas: la caseína-αs1, la caseína-β y la caseína-κ. En
la industria láctea, es muy importante la caseína-κ, que posee, entre otras,
las siguientes características:
La
caseína-κ es útil principalmente para la elaboración de quesos (la más rica en
este tipo de caseína es la leche de vaca, mientras que la más pobre proviene de
la leche humana) debido a que al ser hidrolizada por la renina es posible que
se precipite en paracaseína-κ, la cual al reaccionar con el calcio genera
paracaseinato de calcio.
La fase micelar
Las
caseínas interaccionan entre sí formando una dispersión coloidal que consiste
en partículas esféricas llamadas micelas con un diámetro que suele variar entre
60 a 450 nm poseyendo un promedio de 130 nm. A pesar de la abundante literatura
científica sobre la posible estructura de una micela, no hay consenso sobre el
tema. Existe un modelo propuesto que considera que la micela se encuentra a su
vez constituida por subunidades de la misma forma, con un diámetro de entre 10
y 20 nm.
El
modelo arriba ilustrado permite observar cómo las subunidades se enlazan entre
sí gracias a los iones de calcio. Se sugiere que el fosfato de calcio se une a
los grupos NH2- de la lisina; el calcio interacciona con el grupo carboxilo
ionizado (COO-). Las submicelas se constituyen a partir de la interacción
constante entre las caseínas α, β y κ. Hay que resaltar la función
estabilizadora de la caseína κ contra la precipitación de calcio de otras
fracciones proteínicas. La gran cantidad de modelos fisicoquímicos (por citar
algunos: Rose, Garnier y Ribadeau, Morr, Schmidt, Slattery, Waugh, Noble,
etc.), todos concuerdan en que las unidades hidrófobas entre las moléculas de
proteínas aseguran la estabilidad de la micela.
Procesos industriales para obtener la leche
La
leche cruda o leche bronca no sería apta para su comercialización y consumo sin
ser sometida a ciertos procesos industriales que aseguraran que la carga
microbiológica está dentro de unos límites seguros. Por eso, una leche con garantías de
salubridad debe haber sido ordeñada con métodos modernos e higiénicos de
succión en los cuales no hay contacto físico con la leche. Después de su
ordeño, ha de enfriarse y almacenarse en un tanque de leche en agitación y ser
transportada en cisternas isotermas hasta las plantas de procesado.
En
dichas plantas, ha de analizarse la leche antes de su descarga para ver que
cumple con unas características óptimas para el consumo.
La
presentación de la leche en el mercado es variable, ya que se acepta por regla
general la alteración de sus propiedades para satisfacer las preferencias de
los consumidores. Una alteración muy frecuente es deshidratarla (liofilización)
como leche en polvo para facilitar su transporte y almacenaje tras su ordeñado.
También es usual reducir el contenido de grasa, aumentar el de calcio y agregar
sabores.
Los
requisitos que debe cumplir un producto para ubicarse en las diferentes
categorías varían mucho de acuerdo a la definición de cada país:
• Entera tiene un contenido en grasa entre
3,1 % (p. ej. en Chile) y 3,8 % (p. ej. en Suiza).
• Leche deslactosada se somete a un
proceso en el cual se transforma la lactosa en glucosa y galactosa para hacerla
de mayor digestibilidad.
• Leche descremada o desnatada contenido
graso inferior al 0,3 %.
• Semidescremada o semidesnatada con un
contenido graso entre 1,5 y 1,8 %.
• Saborizada es la leche azucarada o
edulcorada a la que se la añaden sabores tales como fresa, cacao en polvo
(bebida conocida como chocolatada), canela, vainilla, entre otros. Normalmente
son desnatadas o semi desnatadas.
• Galatita: plástico duro obtenido del
cuajo de la leche o más específicamente a partir de la caseína y el formol.
• En polvo o Liofilizada: a esta leche se
le ha extraído el 95 % del agua mediante procesos de atomización, y
evaporación. Se presenta en un polvo color crema. Para su consumo solo hay que
rehidratarla con agua o con leche.
• Condensada, concentrada o evaporada: a
esta leche se le ha extraído parcialmente el agua y se presenta mucho más
espesa que la leche fluida normal. Puede que contenga azúcar añadida.
• Enriquecidas son preparados lácteos a
los que se le añade algún producto de valor nutritivo como vitaminas, calcio,
fósforo, omega-3, etc.
Entre
los análisis, están los fisicoquímicos para ver su composición en grasa y
extracto seco, entre otros parámetros, para detectar posibles fraudes por
aguado, los organolépticos, para detectar sabores extraños y los
bacteriológicos, que detectan la presencia de bacterias patógenas y de
antibióticos. Estos pasan a la leche procedente de la vaca en tratamiento
veterinario y a su vez pasan al consumidor. La leche que no cumple con los
requisitos de calidad, debe ser rechazada.
Una
vez comprobado su estado óptimo, es almacenada en cisternas de gran capacidad y
dispuesta para su envasado comercial.
Como hacen Depuración de la leche
La
leche, según la aplicación comercial que se le vaya a dar puede pasar por una
gran cantidad de procesos, conocidos como procesos de depuración. Estos
aseguran la calidad sanitaria de la leche, y se listan a continuación:
• Filtración se utiliza para separar la
proteína del suero y quitar así las impurezas como sangre, pelos, paja,
estiércol. Se utiliza una filtradora o una rejilla.
• Homogeneización: Se utiliza este proceso
físico que consiste en la agitación continua (neumática o mecánica) ya sea con
una bomba, una homogeneizadora o una clarificadora, y cuya finalidad es disminuir
el glóbulo de grasa antes de calentarla y evitar así que se forme nata. Este
debe ser de 1 μm (micrómetro) de diámetro. Cuando se estandariza la leche o se
regulariza el contenido graso, se mezcla con homogeneización, evitando la
separación posterior de fases. Se realiza a 50 °C para evitar la
desnaturalización. La homogeneización, después de la pasteurización, estabiliza
la grasa en pequeñas partículas que previenen el cremado durante la
fermentación y genera una mejor textura ya que la interacción entre caseínas y
los glóbulos de grasa se vuelve favorable para hacer derivados lácteos que
requieren fermentación.
• Estandarización: cuando una leche no
pasa positivamente la prueba de contenido graso para elaborar determinado
producto, se utiliza leche en polvo o grasa vegetal. Se realiza de dos formas:
primero de manera matemática (con procedimientos como la prueba χ² de Pearson o
Balance de materia) y la otra práctica, midiendo las masas y mezclándolas.
Antes de que la leche pase a cualquier proceso, debe tener 3,5 % de contenido
graso. Este proceso se emplea también cuando la leche, una vez tratada
térmicamente, perdió algún tipo de componentes, lo cual se hace más
habitualmente con la leche que pierde calcio y a la que se le reincorporan
nuevos nutrientes.
• Deodorización: se utiliza para quitar
los olores que pudieran impregnar la leche durante su obtención (estiércol, por
ejemplo). Para ello se emplea una cámara de vacío, donde los olores se eliminan
por completo. La leche debe oler dulce o ácida.
• Bactofugación: elimina las bacterias
mediante centrifugación. La máquina diseñada para esta función se llama
bactófuga. Genera una rotación centrífuga que hace que las bacterias mueran y
se separen de la leche. La leche debe tener 300 000 UFC/mL (Unidades formadoras
de colonia por cada mililitro). Antes de realizar una bactofugación se debe
realizar un cultivo de las bacterias que hay en la leche e identificarlas, esto
es muy importante ya que permite determinar el procedimiento más efectivo para
eliminar una bacteria específica. Se suele tomar como estándar que 1800
segundos calentando a 80 °C elimina a los coliformes, al bacilo de la
tuberculosis y las esporas; así como la inhibición de las enzimas fosfatasa
alcalina y la peroxidasa. Pero esto es solo un estándar muy variable que
depende de muchas condiciones.
• Clarificación: se utiliza para separar
sólidos y sedimentos innecesarios presentes en la leche (como polvo o tierra,
partículas muy pequeñas que no pueden ser filtradas). Se utiliza una
clarificadora, donde se puede realizar el proceso de dos formas: calentando la
leche a 95 °C y dejándola agitar durante 15 minutos, o bien calentándola a 120
°C durante 5 minutos.
Tratamientos térmicos para obtener la leche
Una
vez que ya se realizó la depuración, la leche puede ser tratada para el consumo
humano mediante la aplicación de calor para la eliminación parcial o total de
bacterias.
De
acuerdo con el objetivo requerido, se empleará la termización, la
pasteurización, la ultra pasteurización o la esterilización.
• Termización: con este procedimiento se
reduce o inhibe la actividad enzimática.
• Pasteurización (slow high temperature,
SHT): con este procedimiento la leche se calienta a temperaturas determinadas
para la eliminación de microorganismos patógenos específicos: principalmente la
conocida como Streptococcus thermophilus. Inhibe algunas otras bacterias.
• Ultra pasteurización (ultra high
temperature, UHT): en este procedimiento se emplea mayor temperatura que en la
pasteurización. Elimina todas las bacterias menos las lácticas. No requiere
refrigeración posterior.
• Esterilización: la alta temperatura
empleada de 140 °C por 45 s elimina cualquier microorganismo presente en la
leche. No se refrigera posteriormente; esta leche recibe el nombre también de
higienizada. Este proceso no se aplica a leches saborizadas o reformuladas pues
se caramelizarían.
La
esterilización puede ocurrir en unas autoclaves en línea denominadas
Barriquands. Las leches blancas tratadas de este modo se embalan en tetrabrik o
cajas de cartón especial higienizadas y recubiertas internamente con un film
satinado.
Después
de un tratamiento térmico la refrigeración puede ser prescindible debido a que
no es necesario bajar la temperatura en todos los casos, solamente cuando la
leche aún posee microorganismos.
De
acuerdo con la calidad microbiana saliente se considera la refrigeración; de
ahí que la termización tenga refrigeración obligada y la esterilizada no. Si no
existen bacterias o actividad enzimática la leche no se alterará a temperatura
ambiente; si dejamos cualquier leche en un vaso y sin tapar entonces el oxígeno
hará lo propio como agente oxidante, más no debido a actividades internas de la
leche.
Lácteos:
En
cuanto a los lácteos a partir de este grafico podemos intuir la clasificación o
categorización de los mismos, todos ellos a partir de los sub productos de la
leche.
De
igual manera para la elaboración de los lácteos se diferencia según el proceso
que se haya realizado; por ejemplo algunos de ellos se han sometido a
fermentación láctica (un ejemplo son los yogures), otros por el contrario
sufren un proceso mecánico de concentración de su contenido graso
(mantequillas). A veces es posible un proceso combinado de fermentación y
maduración (quesos). Estos procesos cambian la composición y la concentración
inicial de ciertos macronutrientes y micronutrientes, dependiendo del lácteo en
cuestión. Y se pueden separar en dos
tipos de lácteos, los sin fermentación y los lácteos con fermentación.
Lácteos sin fermentación:
Los
lácteos sin fermentación son los que no han sido expuestos a un proceso de
fermentación como su nombre lo indica y
se emplean como alimentos básicos, tal y como puede ser la leche, la
mantequilla y la crema de leche. Todos ellos son alimentos procesados de la
leche, bien sea por separación de sus contenidos grasos, desecación (extracción
del agua para la obtención de leches en polvo), adición de nutrientes, etc.
Para
ampliar un poco más la información:
Crema de leche:
Crema de
leche o nata es una porción de la leche
con gran contenido de grasas; esta alta concentración se debe a la separación
gravimétrica que se realiza cuando la leche se deja reposar, hasta llegar a un
20 % de concentración de grasas. En la leche existe un balance del 50 % de
grasa y proteínas, mientras que en la nata la proporción es de 10 a 1. En
algunos países de Europa oriental se toma una crema en forma de nata montada
procedente de la leche del búfalo de agua denominada Kaymak. En España, se denomina nata a la crema de leche, en
los comercios, se suele encontrar procesada con el sistema UHT, pero se puede
encontrar fresca.
La
crema de la leche es un lácteo que posee una textura agradable al tacto de
consistencia grasa y tonalidad blanca o amarillenta que se encuentra de forma
emulsionada en la leche recién ordeñada o cruda, es decir, en estado natural y
que no ha pasado por ningún proceso artificial que elimine elementos grasos.
Está
constituida principalmente por glóbulos de materia grasa que se encuentran
flotando en la superficie de la leche cruda; por esto se dice que es una
emulsión de grasa en agua. Esta capa se puede apreciar dejando cierta cantidad
de leche cruda, sin homogeneizar ni descremar, en un recipiente: se puede
observar cómo una delgada capa toma forma en la superficie. No debe confundirse
con la nata que se observa al hervir la leche, con la que no tiene que ver.
Esta
película se separa mediante un proceso de centrifugado, y se envasa por
separado para su uso en gastronomía. De acuerdo a la proporción de grasa que
contiene, se distinguen varias clases de crema; las más ligeras se emplean para
mezclar con el café o en la confección de sopas y salsas. Las más espesas, que
alcanzan hasta un 55% de contenido graso, se utilizan para elaborar crema
batida o chantilly (producto de batirla hasta atrapar burbujas de aire en
ella), utilizada para decoración en repostería. Además, la crema extremadamente
grasa puede batirse para elaborar mantequilla, que consiste básicamente en la
grasa láctea aislada. También suele emplearse en la fabricación de helados
También
es posible comercializarla añadiéndole sal, de modo que se pueda utilizar de
forma análoga a la mantequilla (esto se hace principalmente en países como
Venezuela, donde se consume con arepas).
Crema Chantillí
Pese
a que a veces se confunde con la crema batida, la crema chantillí se distingue
por su sabor agregado a vainilla, y su mayor proporción de azúcar (60 gramos
por cada 200 mililitros de crema). La receta original fue creada por François
Vatel en el siglo XVII en Chantilly, Francia.
La
crema de Chantilly suele ser la utilizada para helados y repostería, mientras
que la crema batida, al ser menos dulce, también suele agregarse a los
cappuccinos, batidos o café irlandés, entre otros
3 El helado (mantecado)
Es
otro producto lácteo que destaca alguna de las propiedades de la crema de
leche, solo que la baja temperatura a la que se sirve el helado hace que
algunas propiedades como la «cremosidad» queden enmascaradas dentro del estado
sólido del helado. Su aparición data del siglo XVII, cuando se elaboraba a
partir de zumos de frutas. Desde que en el año 1913 se inventó en EEUU la
primera máquina continua para elaborar helados,el helado se convirtió en un
alimento muy popular. Desde el punto de vista analítico un helado es un
potencial portador de bacterias patógenas que debe ser vigilado en extremo por
la industria heladera. A pesar de que las relativas bajas temperaturas no hacen
crecer las poblaciones bacterianas, sin embargo sí permiten el transporte de las
mismas al estómago de los posibles consumidores, causando posibles
contaminaciones alimentarias en la población si la cadena de producción de
helados no es vigilada y manipulada convenientemente.
Desde
el punto de vista de los productos lácteos, se considera no solo a los helados
sino que también a cualquier postre helado que contenga un porcentaje elevado
(por encima de un 40 %) de otros lácteos.
Dentro de esta categoría se encuentra incluso el yogur helado. Técnicamente
un helado es una espuma congelada. Un ejemplo de postre congelado es el yogur
(denominado también Froyo como una abreviatura de Frozen yogurt - Yogur helado)
servido por regla general como una alternativa de menor contenido calórico que
los helados. De igual forma se tiene la leche helada y las cremas heladas
(Frozen custard en inglés) o el gelato italiano. En algunas ocasiones el
sorbete se considera un lácteo (posee un contenido cercano al 2 % de leche).
Mantequilla:
Es
la emulsión de grasa, agua y sólidos lácteos, obtenida como resultado de la agitación
de la nata de la leche, lo que provoca un daño de las membranas y permite a las
grasas de la leche juntarse en una masa única, y separándose al mismo tiempo de
otras partes este batido, amasado y
lavado de los conglomerados de glóbulos grasos, que se forman por el batido de
la crema de leche o nata y es apta para el consumo humano, con o sin maduración
biológica producida por bacterias lácticas específicas.
Es
muy posible que una agitación accidental de la crema de la leche diera lugar a
la mantequilla; y por esto que la mantequilla fuera elaborada y empleada en los
primeros intentos de procesado de los lácteos, quizás en el área de la
Mesopotamia entre el 9000 y el 8000 a. C. La primera mantequilla pudo haberse
elaborado de leche de oveja o cabra que en aquella época ya se domesticaban. Un
método muy antiguo para la elaboración de la mantequilla se emplea hoy en día
en algunas partes de África y en Oriente Próximo.
La
mantequilla era muy apreciada por los vikingos y celtas (Norte de Europa),
razón por la que los romanos y los griegos la consideraban un producto bárbaro
y no la incluyeron en su dieta, quizás debido al corto plazo de conservación
que es posible en el cálido clima mediterráneo propio de estas latitudes (al
contrario que el queso). Un poeta cómico griego, Anaxándrides se refiere a los
tracios como boutyrophagoi, “comedores de mantequilla” y Plinio en su Historia Natural califica a la
mantequilla como “la más delicada comida entre las naciones bárbaras”, y
describe en su libro las propiedades medicinales de la misma En la India el
ghee, una mantequilla clarificada, conocida como oro líquido, se tiene como un
símbolo de pureza y se emplea también como ofrecimiento a los dioses
—especialmente a Agni, el dios Hindú del fuego. En la disciplina ayurvédica, el
ghee es un alimento que ayuda a promover la purificación, la paz interior y la
salud del organismo. Durante más de 3000 años las referencias al ghee aparecen
en numerosos textos sagrados de la época del Rig-veda, cerca del 1500-1200 a.
C.
Las
elaboraciones de mantequilla en Europa procedentes de la época medieval se
preparaban en Francia (Normandía y Bretaña), Holanda e Irlanda, la mayor parte
de la producción es artesanal. La mantequilla se consideraba en esos días y
esos países un producto caro; por esta razón estaba disponible sólo para las
clases más pudientes o quienes la comercializaban. En el sur de Europa, en
cambio, se prefería el aceite de oliva o la manteca de cerdo. Sólo los países
de religiones musulmanas o judía, en el mediterráneo, llegaron a utilizar ya en
la Edad Media, la grasa de vaca para sustituir la de cerdo, por ejemplo, y sólo
en algunas preparaciones dulces. En Portugal, Italia y sur y este de España, el
consumo de manteca de cerdo ha ido decreciendo, pero se ha sustituido
directamente por aceite de oliva y no por mantequilla.
Las
variaciones en su elaboración hacen que existan no sólo diferentes sabores sino
que además pueda haber distintas consistencias de la masa de mantequilla; no
obstante la mayor parte del producto final está compuesto de las grasas de la
mantequilla. La mantequilla contiene tres tipos de grasas: grasas libres,
grasas cristalizadas, y glóbulos no dañados de grasa. En el producto final
existe una proporción de estos tres tipos de grasas y ésta es la razón de la
diferencia en la consistencia en las diversas variedades de mantequilla; las
mantequillas con grasas cristalizadas suelen ser más duras (más difíciles de
untar) que las que poseen grasas libres. La
mantequilla comercial posee un contenido graso de cerca de un 80 % de grasas de
mantequilla y un resto de 15 % agua; la mantequilla artesanal posee una
proporción diferente, llegando a un 65 % de grasas y 30 % de agua. Las grasas
consisten en muchas grasas coaguladas en glóbulos de tamaño moderado. Se
componen de triglicéridos, un éster derivado del glicerol y tres grupos de
ácidos grasos. La densidad de la mantequilla es de 0.911 g/cm³, aproximadamente
la misma que la del hielo. Además
se le puede añadir sal o no, obteniendo mantequilla salada o normal según el
caso. Y, por supuesto, se puede elaborar a partir de la leche de muchos
animales, siendo los más corrientes en occidente la mantequilla de oveja, vaca
o cabra (como curiosidad, no es posible obtener mantequilla de la leche de
camella). Existen
diferentes variedades de mantequilla a lo largo del mundo. El Smen es una
mantequilla clarificada procedente de Marruecos, que puede consumirse tras
haber pasado procesos de curación de meses o incluso años. Las mantequillas de
leche de yak son muy importantes en el Tíbet (se emplean en un té con
mantequilla salado muy apreciado en las regiones del Himalaya, Bután, Nepal y
en la India); el tsampa que emplea harina de cebada mezclada con la mantequilla
de leche de yak, es considerado un alimento básico. En África y en Asia la
mantequilla se suele elaborar de forma tradicional con la leche agria en lugar
de hacerse con la nata.
En
1870 la aparición de la margarina, invento del químico francés Hippolyte
Mège-Mouriés, hizo posible distribuir entre las poblaciones un sucedáneo de
mantequilla a menor coste. El consumo per cápita de la mantequilla ha
descendido en la mayoría de las naciones occidentales durante el siglo XX, en
parte por la popularidad de la margarina, que es menos cara y se percibe por la
población como más sana. En los Estados Unidos el consumo de margarina durante
el década de 1950 era mayor que el de la mantequilla y hoy en día ese es el
caso en otras naciones. Incluso, en
países como Venezuela y Colombia el nombre mantequilla hace referencia a la
margarina
El
día 14 de octubre se celebra el día mundial de la mantequilla.
La leche condensada
Es
leche de vaca a la que se le ha extraído agua y agregado azúcar, lo que resulta
en un producto espeso y de sabor dulce que puede conservarse durante varios
años envasado sin refrigeración mientras no se haya abierto. El mismo producto
sin agregados de azúcar se llamó leche evaporada, sin embargo, como esta versión
no azucarada se estropea con mucha mayor facilidad, es poco común en la
actualidad (en algunos países de habla hispana se llama “leche evaporada” a la
leche condensada, por una antigua confusión entre los productos, tan
similares).
Para
obtener este producto primero hay que extraer el agua, que se realiza mediante
una presión reducida, negativa o de vacío hasta obtener un líquido espeso, Esta
sustracción de agua es conocida con los nombres de espesamiento, concentración
y condensación. Después se le añade azúcar, en una proporción que va desde el
30 % (si la materia prima es leche entera) hasta el 50 % (si es leche
descremada). También se somete a un tratamiento térmico, con el fin de
garantizar la estabilidad del alimento a temperatura ambiente, mientras el
envase esté cerrado. Debido a que la leche condensada tiene azúcar no se somete
a esterilización posterior, a diferencia de la evaporada que no lo tiene. La
alta concentración de azúcar debe impedir por sí sola el desarrollo de los
gérmenes que queden en la leche después del precalentamiento. Si se calienta
durante varias horas al baño María, la leche condensada se carameliza formando
lo que se denomina dulce de leche, manjar o arequipe. Este proceso puede ser
peligroso debido a que las latas que no se han abierto pueden explotar durante
esta operación.
Usos
La
leche condensada se utiliza en numerosos postres de muchos lugares, incluidos
España, Brasil, Hong Kong y Rusia, donde es conocida como „сгущёнка“
(sgushchyonka, literalmente “[lo que está] espeso”). En Alemania, la leche
evaporada es mucho más común que la condensada (el término Kondensmilch se usa
para lo que en español llamamos leche evaporada).
Muchos
postres contienen leche condensada y es también un ingrediente clave en
determinadas presentaciones de café como el café Sua Da (un tipo de café
vietnamita) o el café bombón (café con leche condensada). En otros países, la
leche condensada es utilizada en infinidad de recetas gastronómicas de
repostería extremadamente fáciles de preparar, así como deliciosas tales como
arroz con leche, crema volteada, etc.
En
Colombia, Panamá y México es una golosina popular entre los niños. Se usa en la
preparación del postre de las tres leches, en la preparación de otros dulces y
como aderezo de los raspaos.
En
Venezuela se emplea en la elaboración del quesillo, así como para aderezar la
chicha y los granizados (llamados raspados, cepillados o snowball).
En
Perú y Chile se emplea principalmente en el famoso pie de limón. En este último
país también es común mezclarla con cerveza negra, obteniendo la llamada malta
con leche
Perú
y otros países iberoamericanos se emplea en la elaboración del arroz con leche,
un postre preparado de arroz, leche, canela y otros ingredientes.
En
Euskadi, es un ingrediente opcional de las muchas recetas del pastel vasco o
"goxua"
Origen
Nicolás
Appert inventó la leche condensada en 1820,
y Gail Borden, Jr. en 1852, porque la leche normal no se almacenaba bien
sin refrigeración por más de unas pocas horas. En el siglo XIX eran frecuentes
las intoxicaciones alimentarias provocadas por el consumo de leche debido a la
contaminación de la leche por bacterias durante el proceso de ordeño de las vacas
y la precariedad de los procesos de conservación. Mientras volvía de un viaje a
Inglaterra en 1851, Borden quedó impresionado por la muerte de varios niños, al
parecer debido a la leche de vaca en mal estado. Investigando durante menos de
un año y estudiando sus propios fallos y los de otros, Borden encontró la
inspiración en una cápsula de evaporación que había visto utilizar a los
Shakers para condensar zumo, y fue capaz de reducir la leche sin quemarla ni
cuajarla. A pesar de ello, sus primeras
dos fábricas no tuvieron éxito4 y solo la tercera, construida con su nuevo
socio, Jeremiah Milbank, en Wassaic
(Nueva York), produjo un derivado de la leche duradero que no necesitaba
refrigeración. Borden obtuvo una patente de fabricación en 1856 y fundó la New
York Condensed Milk Company en 1857.
Posiblemente
tuvieron una importancia similar para el futuro de la leche los requisitos de
Borden para los granjeros que desearon venderle leche cruda. Les pidió que
lavaran las ubres de las vacas antes de ser ordeñadas, mantener el suelo de los
establos limpios y escaldar y secar los coladores por la mañana y por la noche.
En 1858 la leche de Borden, vendida bajo la marca Eagle Brand, había ganado
reputación por su pureza, durabilidad y precio. Pero no fue hasta el estallido
de la Guerra de Secesión y la posterior demanda de leche condensada de larga
duración por el ejército de la Unión cuando el éxito de Borden fue finalmente
asegurado.
El
gobierno federal de los Estados Unidos le pidió cantidades enormes como ración
de campo durante la guerra y los soldados que volvían a casa actuaban como
publicidad de boca a boca. A finales de la década de 1860 la leche representaba
una importante industria. Se considera que Eagle Brand es la marca de productos
alimenticios más antigua que sigue existiendo hoy día. La leche condensada se
conoció en Europa en 1866, gracias a las instalaciones de Cham en Suiza.
Leche en polvo.
La
leche en polvo o leche deshidratada se obtiene mediante la deshidratación de
leche pasteurizada. Este proceso se lleva a cabo en torres especiales de
atomización, donde el agua que contiene la leche es evaporada, obteniendo un
polvo de color marfil claro que conserva las propiedades naturales y sus
nutriciones que tiene la leche normalmente. Para beberla, el polvo debe
disolverse en agua. Este producto es de gran importancia ya que, a diferencia
de la leche fluida, no precisa ser conservada en frío y por lo tanto su vida
útil es más prolongada. Presenta ventajas como ser de menor coste y de ser
mucho más fácil de almacenar. A pesar de poseer las propiedades de la leche
natural, nunca tiene el mismo sabor de la leche fresca. Se puede encontrar en
cuatro clases básicas: entera, semidesnatada, desnatada y deslactosada, así
como estar enriquecida con vitaminas A y D. Hoy en día la leche en polvo es uno de los primeros
candidatos a ser alimentos funcionales y por esta razón se le suelen añadir
vitaminas A y D3. La leche en polvo puede contener hasta un máximo de un 4 % de
materia grasa (la mayoría de la leche en polvo se elabora a partir de leche
descremada), siendo un tercio aproximadamente de su peso de proteína. La leche
en polvo se considera extremadamente digestible.
Origen
La
leche en polvo fue producida por primera vez en 1802 por el doctor ruso Osip Krichevsky.
Se halla abundantemente en muchos países en vías de desarrollo a causa de su
bajo costo de transporte y almacenamiento (ya que no requiere refrigeración),
doce meses si se empaqueta en bolsas de 25 kg y de seis meses en el caso de
paquetes de 200 y 400 kg (la cantidad del producto en el envase es un factor
importante). Al igual que otros productos secos, es considerada no-perecedera y
es preferida por supervivencialistas, y otras personas que necesitan alimentos
no perecederos fáciles de preparar.
Usos
Este
tipo de leche es comúnmente usada en preparaciones al horno, en aquellas
recetas donde la leche líquida puede hacer que la preparación quede demasiado
ligera. Se emplea generalmente con agua caliente, que le hace recobrar en
apariencia el aspecto original de la leche. Con 125 g de leche en polvo se
puede reconstruir casi un litro de leche líquida, es decir, por cada kilogramo
del producto disecado se llega a obtener ocho litros de leche para el consumo.
También
se puede utilizar como si fuese un sustituto de crema para el café, dando como
resultado un café con leche al gusto.
La leche evaporada
Es
un concentrado de leche que soporta grandes periodos de almacenamiento debido a
la evaporación de un 60% del agua existente en la leche cruda. Su nombre real
es el de leche parcialmente evaporada o semi-evaporada ya que se le ha quitado
el agua parcialmente (no en su totalidad, como la leche en polvo). Su versión
azucarada, la leche condensada, con la que suele ser confundida por sus grandes
similitudes, soporta aún más tiempo en conserva, por lo que la desplazó del
mercado casi por completo
Usos
En
la actualidad este producto se emplea en la repostería casera. El periodo de
almacenamiento de la leche evaporada puede ir desde semanas hasta meses, dependiendo
de los procesos, su contenido añadido y la proporción de grasa, por tanto, de
la marca del producto. La leche evaporada se asemeja a la leche condensada,
pero a esta última se le añade una alta cantidad de azúcar.
Un
aspecto interesante que la está haciendo atractiva en la cocina actual es que
puede ser un buen sustituto de la nata en la cocina. Mientras que la nata posee
muchas grasas saturadas y pocas vitaminas y minerales, la leche evaporada
apenas tiene un 10% de grasa y es fuente de proteínas, vitaminas A y B y
minerales como el calcio, potasio, magnesio y fósforo.
Origen
La
leche evaporada así como otros alimentos en conserva o enlatados se originaron
a partir de los experimentos realizados por el científico francés Nicolás
Appert, aunque fue el mismo Marco Polo
el que pudo observar como en Mongolia se ponía leche al sol para que sufriera
un proceso de evaporación y de esta manera aumentar su periodo de conservación.
Ekenberg y Merrill fueron los primeros en patentar el proceso de spray en los
Estados Unidos. El 14 de junio de 1885
se creó la primera empresa dedicada a la producción de leche evaporada Highland
Evaporated Cream.
Antes
de la época de los refrigeradores domésticos, la leche evaporada era muy
popular ya que era un sustituto de la leche que podía soportar grandes periodos
de almacenamiento y para cuyo consumo bastaba tan solo añadir agua. Así, en las
décadas de 1920 y 1930 la leche evaporada se comercializó ampliamente con bajos
precios. Algunos estudios de esa época sugerían que los bebés alimentados con
leche evaporada era tan bueno como la leche materna, aunque esta creencia ya no
es recomendada por la Organización Mundial de la Salud, que recomienda la leche
materna.
Otros lácteos no fermentados
Se
comercializan diversos productos derivados de extractos de caseína empleados
para la elaboración de productos derivados de los lácteos. La proteína del
suero de leche en un polvo soluble en agua que procede de los restos de la
industria del queso. Suele
comercializarse como suplemento para musculación y nutrición deportiva.
lácteos fermentados:
Ya
que una de las propiedades de la leche es que invita a la propia preservación:
la propia leche tiene unos cultivos lácticos que permiten convertir sus
azúcares en ácidos, permitiendo de esta forma que la leche pueda preservarse
durante períodos mayores. Este proceso hace que las propiedades de la leche
cambien sustancialmente dando lugar a una nueva gama de productos: productos
fermentados de la leche gracias a la acción de las bacterias de la familia
Lactobacillales (bacterias del ácido láctico). Algunas poblaciones como los
escandinavosposeen una gran tradición en el uso de productos lácteos
fermentados. Por regla general se producen en la leche tres tipos de
fermentaciones: la primera es una fermentación láctica, donde mediante las
bacterias lácticas se consumen los azúcares de la leche; la segunda ataca los
albuminoides de la leche y la tercera se denomina fermentación butírica y ataca
a las grasas.
Las
leches fermentadas poseen un grado de fermentación medio y pueden dividirse en
dos categorías: yogures y cremas de mantequilla, donde se incluyen las cremas
agrias (como el Crème fraiche o el Smetana, muy popular en las cocinas
eslavas). Se han demostrado numerosos efectos positivos sobre la flora
intestinal del consumo de las leches fermentadas. En algunos casos las
bacterias empleadas en la fermentación de la leche corresponden a los mesófilos
denominados: Lactococcus lactis subsp. lactis/cremoris/diacetilactis y la
Leuconoctoc cremoris, que trabajan a temperaturas dentro del rango de los 20-30
°C durante períodos entre las 16 y 20 horas. Todos los productos lácteos
contienen bacterias lácticas vivas, a menos que se haya procedido a su
pasteurización tras la fermentación.
Entre
estas tenemos:
Yogur
Es
el término turco para la «leche» que ha sido fermentada hasta lograr una forma
final de masa semilíquida. El yogur permaneció desconocido en gran parte de
Europa hasta que el premio Nobel concedido al inmunólogo Ilya Metchnikov (profesor
del Instituto Pasteur de París que obtuvo el Premio Nobel de Fisiología y
Medicina en 1908) conectó la longevidad de algunas etnias en países tales como
Bulgaria, Rusia o Francia con el consumo de este lácteo.El empleo del yogur
está muy extendido en algunas gastronomías del Mediterráneo Oriental, donde se
emplea como ingrediente principal de algunos platos y bebidas muy populares
(ayran). En la India se consume el Lassi, que es una especie de yogur que se
toma bebido. Una leyenda europea menciona que el yogur (y el kéfir) nace en las
laderas septentrionales del monte Elbrus en el Cáucaso.
Desde
los años 1950s el consumo de yogures con sabores a frutas ha ido creciendo sin
parar. Todos los yogures poseen como característica común haber sido
fermentados a partir de la leche con las bacterias acidófilas tales como el
Streptococcus thermophilus y el Lactobacillus delbrueckii subsp. bulgaricus,
todos ellos presentes en la leche. La fermentación se lleva a cabo a
temperaturas entre los 30 °C y 43 °C durante un intervalo de tiempo que va
desde las 2,5 a las 20 horas. La selección del cultivo define el tiempo de
fermentación y la estructura y sabor finales del producto. Las preparaciones de
frutas se añaden al yogur (en una proporción de 15 % de su peso)tras la
fermentación y justo antes de su empaquetado.
Elaboración
La
elaboración de yogur requiere la introducción de bacterias ‘benignas’
específicas en la leche bajo una temperatura y condiciones ambientales
controladas (muy cuidadosamente en el entorno industrial). El yogur natural o
de sabores de textura firme, requiere de una temperatura de envasado de
aproximadamente 43 °C. y pasar por un proceso de fermentación en cámaras
calientes a 43 °C. para obtener el grado óptimo de acidez; este proceso puede
llegar a durar aproximadamente cuatro horas. Una vez obtenida, debe enfriarse
hasta los 5 grados para detener la fermentación. En los yogures batidos, los de
textura cremosa, con o sin frutas, el proceso es diferente, en cuanto la
fermentación se realiza en depósitos, previo al proceso de envasado, que se
realiza en frío, por lo que no necesita de fermentación posterior. Las
bacterias utilizan como fuente de energía la lactosa o azúcar de la leche, y
liberan ácido láctico como producto de desecho; este provoca un incremento de
la acidez que hace a su vez que las proteínas de la leche precipiten, formando
un gel. La mayor acidez (pH 4-5) también evita la proliferación de otras
bacterias potencialmente patógenas. El primer estudio bacteriológico acerca del
yogur fue realizado por Grigoroff, quien detectó la presencia de tres distintos
microorganismos, "diplostreptococcus".Generalmente en un cultivo se
incluyen dos o más bacterias diferentes para conseguir una fermentación más
completa, principalmente Streptococcus thermophilus subsp. salivarius, miembros
del género Lactobacillus, tales como L. bulgaricus y L. casei, y del género
Bifidobacterium (antes denominadas L. bifidus). Gracias a Metchnikoff, el yogur
alcanzó gran popularidad por el postulado de que el L. bulgaricus prolongaba la
vida. Para muchos países en sus normativas, el yogur como tal solo puede
contener St. thermophilus subsp. salivarius y Lactobacillus delbrueckii subsp.
bulgaricus; si se agregan otras bacterias, algunas legislaciones, no permiten
utilizar la denominación de yogur.
Si
el yogur no se calienta hasta matar a las bacterias después de la fermentación,
se vende bajo la denominación de «cultivo activo vivo» (o simplemente «vivo» en
algunos países), que algunos consideran nutricionalmente superior. En España
los productores de yogur se dividían entre los que querían reservar la
denominación yogur para el yogur vivo y los que deseaban introducir el yogur
pasteurizado bajo esa etiqueta.
La
vida comercial del yogur estando en refrigeración es de tres semanas. Con la
finalidad de mejorar la capacidad de conservación del mismo se crea el yogur
pasteurizado o de larga duración, que tiene un periodo de conservación de meses
y no necesita refrigeración. Ambas partes enviaron estudios científicos a las
autoridades esgrimiendo las diferencias o las similitudes (según los intereses
de cada parte) entre las dos variedades. Finalmente el gobierno francés
permitió la etiqueta «yogur pasteurizado» a esta clase de yogur en lugar del
antiguo «postre lácteo».
Debido
a que las bacterias fermentan la lactosa contenida en la leche durante el
proceso de elaboración del yogur, los individuos que presentan intolerancia a
la lactosa pueden disfrutar del yogur sin verse afectados. Nutricionalmente el
yogur es rico en proteínas procedentes de la leche. También contiene la grasa
de la leche con la que se produjo. Pueden ser desnatados o con nata añadida
como en el caso del yogur griego. En el proceso de fermentación, los
microorganismos producen vitaminas del grupo B necesarias para su metabolismo,
aunque reducen el contenido de algunas ya presentes en la leche como la
vitamina B12 y vitamina C. Contiene minerales esenciales, de los que destaca el
calcio, como en cualquier producto lácteo.
Queso
El
queso es uno de los principales productos lácteos. Es rico en calcio y destaca
por su alto contenido en proteínas de gran valor biológico. La grasa de la
leche es el nutriente que más influye en el sabor del queso. La leche entera es
la más rica en grasas, pero en ciertos casos para poder reducir el contenido
graso de los quesos se usa su versión desnatada.
En
los quesos el contenido en minerales es mayor que en la leche, especialmente
cuando se trata de quesos maduros, ya que el contenido en agua es menor. Es de
destacar su mayor contenido de sodio, ya que se añade sal durante el procesado en
los quesos curados el calcio puede encontrarse en formas de precipitados de
fosfato de calcio, lactato cálcico y carbonato cálcico.
Es
un alimento sólido elaborado a partir de la leche fermentada y cuajada de vaca,
cabra, oveja, búfalo, camella u otros mamíferos. Es quizás el lácteo más
antiguo en la historia del consumo humano. La leche es inducida a cuajarse
usando una combinación de cuajo (o algún sustituto) y acidificación. El queso
se compone de un 35-55 % de agua en la que hay disueltas un 10-40 % de
proteínas y 4-5 % de sales. Las bacterias se encargan de acidificar la leche,
jugando también un papel importante en la definición de la textura y el sabor
de la mayoría de los quesos. Algunos también contienen mohos, tanto en la
superficie exterior como en el interior. El queso es un sólido que aporta
principalmente proteínas (caseína). Las concentraciones proteicas en el queso
pueden llegar a ser 10 veces superiores a las de la leche cruda. El procesado
artificial del queso puede llegar a la producción de lo que se denomina queso
procesado (muy popular en Estados Unidos). En las cocinas de Oriente Medio se
emplean a veces mezclas de queso y yogur en la elaboración de sándwiches y
tostadas.
Los
orígenes de la elaboración del queso están en discusión y no se pueden datar
con exactitud, aunque se estima que se encuentran entre el año 8000 a. C.
(cuando se domestica la oveja) y el 3000 a. C.
Existe
una leyenda que dice que fue descubierto por un mercader árabe que, mientras
realizaba un largo viaje por el desierto, puso leche en un recipiente fabricado
a partir del estómago de un cordero. Cuando fue a consumirla vio que estaba
coagulada y fermentada (debido al cuajo del estómago del cordero y a la alta
temperatura del desierto). Hay otros autores que señalan que el queso ya se
conocía en la prehistoria, pero no se ha podido comprobar.
Leyendas
aparte, probablemente surgió como una manera de conservar la leche, aplicándole
sal y presión, antes de usar un fermento por primera vez, quizás al comprobar
que los quesos hechos en estómagos de animales tenían una mejor y más sólida
textura. Las pruebas arqueológicas más antiguas de la manufactura del queso se
han encontrado en murales de tumbas del Antiguo Egipto, datadas sobre el 2300
a. C. Estos primeros quesos probablemente tendrían un fuerte sabor y estarían
intensamente salados, con una textura similar a los quesos feta o requesón.
Las
ovejas fueron domesticadas hace 12 000 años y en el antiguo Egipto se cuidaban
vacas y se ordeñaban para obtener la leche, por lo que es lógico pensar que
también harían quesos. La leche se conservaba en recipientes de piel, cerámica
porosa o madera, pero como era difícil mantenerlos limpios, la leche fermentaba
con rapidez. El siguiente paso fue el de extraer el suero de la cuajada para
elaborar algún tipo de queso fresco, sin cuajo, de sabor fuerte y ácido.
Desde
Oriente Medio, las habilidades en la manufactura del queso se introdujeron en
Europa, donde climas más fríos hacían necesarias menores cantidades de sal para
la conservación. Con la reducción de sales y ácidos, el queso se convirtió en
un ambiente propicio para bacterias y mohos, encargados de darle su sabor
característico.
Época clásica
La
mitología de la Antigua Grecia atribuía a Aristeo el descubrimiento del queso.
En la Odisea de Homero (siglo VIII a. C.) se describe a un Cíclope haciendo y
almacenando quesos de oveja y cabra.
En
los tiempos de la Antigua Roma era un alimento que se consumía a diario, y su
proceso de fabricación no distaba demasiado de como se hace actualmente fuera
del ámbito industrial. En el Re Rustica de Columela (cerca del 65 d. C.) se
detalla la fabricación de quesos con procesos que comprenden la coagulación con
fermentos, presurización del cuajo, salado y curado. La Naturalis Historia de
Plinio el Viejo(77 d. C.) dedica un capítulo (XI, 97) a describir la diversidad
de quesos consumidos por los romanos del Imperio. Sostenía que los mejores eran
los galos procedentes de Nimes, aunque no se podían conservar demasiado tiempo
y debían consumirse frescos. Los quesos de los Alpes y Apeninos tenían una
variedad tan considerable como hoy en día. De los extranjeros, Plinio prefería
los de Bitinia, en la actual Turquía.
El legado de Roma en Europa
Roma
extendió sus técnicas en la manufactura del queso por gran parte de Europa,
introduciéndolas en regiones sin conocimiento de ellas hasta el momento. Con el
declive de Roma y el colapso en el comercio de grandes distancias, la diversidad
del queso en Europa aumentó sensiblemente, con distintas regiones desarrollando
sus propias tradiciones distintivas. Francia e Italia son los países con una
mayor gama de tipos de queso distintivos actualmente, con unos 400 tipos
aproximadamente cada uno. Muestra de ello es el proverbio francés que sostiene
que hay un queso francés diferente para cada día del año, como también la cita
del presidente francés Charles de Gaulle ¿Cómo es posible gobernar un país en el
que hay 246 clases de queso?
A
pesar de todo, los avances en la artesanía del queso en Europa progresaron
lentamente en los siglos posteriores a la caída de Roma. Muchos de los que
conocemos actualmente aparecieron como tales en la Baja Edad Media o después.
Se conserva un documento del año 959 aparecido cerca de la ciudad de León,
consistente en una relación de los quesos dispensados por el monasterio de
Rozuela (La noticia de kesos), y que supone una de las primeras manifestaciones
escritas conocida de una lengua romancederivada del latín, que no puede
considerarse ni lengua castellana ni lengua leonesa, sino que sería anterior a
ambas. Quesos actuales como el cheddar datan del año 1500, el parmesano en
1597, el gouda en 1697 y el camembert en 1791, por poner algunos ejemplos.
Tiempos modernos
A
pesar de estar ligado a la cultura moderna europea y mediterránea, el queso era
prácticamente desconocido en las culturas orientales, no había sido inventado
en la América precolombina, y tenía un uso bastante limitado en África
subsahariana, siendo popular y estando desarrollado solo en Europa, Oriente
Medio y en las áreas fuertemente influenciadas por su cultura. Pero con la
extensión, primero del colonialismo europeo, y después de la cultura
occidental, poco a poco el queso se ha dado a conocer y se ha hecho popular en
todo el mundo.
La
primera fábrica para la producción industrial del queso se abrió en Suiza en
1815, pero fue en los Estados Unidos donde la producción a gran escala empezó a
tener realmente éxito. Se considera responsable de ello frecuentemente a Jesse
Williams, propietario de una granja lechera de Rome, Nueva York, y que en 1851
empezó a fabricar queso en una cadena de montaje con la leche de las granjas
cercanas. Durante décadas, fueron comunes este tipo de asociaciones entre granjas.
Los
años 1860 mostraron las posibilidades de la producción de queso, y sobre el
cambio de siglo la ciencia comenzó a producir microbios puros. Antes de esto,
las bacterias se obtenían del medio ambiente o reciclando otras ya usadas. El
uso de microbios puros significó una producción mucho más estandarizada. Se
empezaron a producir lo que se denomina queso procesado.
La
producción industrial de queso adelantó a la tradicional en la Segunda Guerra
Mundial, y las fábricas se convirtieron en la fuente de la mayoría de quesos en
América y Europa desde entonces.
Producción y consumo en el mundo
El
queso es uno de los principales productos ganaderos del mundo. Según la
Organización para la Alimentación y la Agricultura (FAO) de las Naciones
Unidas, en 2004 se produjeron en el mundo más de 18 millones de toneladas. Esta
cantidad es superior a la producción anual de granos de café, hojas de té,
granos de cacao y tabaco juntos. El mayor productor de queso es Estados Unidos,
que asume un 30 por ciento de la producción mundial, seguido de Alemania y
Francia.
En
cuanto a las exportaciones, el país con mayor valor monetario de ellas es
Francia, seguido de Alemania, que es el mayor en cuanto a cantidad. De los diez
mayores países exportadores, solo Irlanda, Nueva Zelanda, Países Bajos y
Australia tienen un mercado mayoritariamente oriental, con un 95, 90, 72 y 65
por ciento de sus producciones exportadas, respectivamente. A pesar de ser Francia el mayor exportador,
tan solo un 30 por cien de la producción es exportada. Y la de los Estados
Unidos, el mayor productor, es prácticamente despreciable, ya que la mayor
parte de su producción es para el mercado doméstico. Los países que más queso
importan son Alemania, Reino Unido e Italia, por este orden.
En
el consumo por persona, Grecia se encuentra en el primer puesto del ranking
mundial, con 27,3 kg de media consumidos por habitante (el queso feta suma tres
cuartos del consumo total). Francia es el segundo consumidor mundial, con unos
24 kg por persona, y los quesos emmental y camembert son sus quesos más
comunes. En tercera posición se encuentra Italia, con 22,9 kg por persona. En
los Estados Unidos el consumo se está incrementando rápidamente, habiéndose
triplicado prácticamente entre 1970 y 2003. El consumo por habitante alcanzó en
2003 los 14,1 kg, siendo la mozzarella (ingrediente básico de la pizza) el queso
favorito de los estadounidenses, con un tercio del total consumido.
1Tipos de quesos
La
gran gama de quesos existentes hace imposible una clasificación única de los
mismos. Son muchas las características que los definen, como el grado de
añejamiento, o curado, la procedencia de la leche usada, su textura o su
contenido en grasa. A continuación se describen varios tipos, o
características, de ellos.
La
gran mayoría de quesos se identifican con la zona geográfica de la que
proceden. En ciertos países esto se puede regular a través de las
denominaciones de origen, con las que se intentan proteger las variedades que
desde tiempos antiguos se producen en una zona determinada, contra productores
de otras zonas que quisieran aprovechar el buen nombre que han creado los
originales.
En
España hay más de 100 tipos de quesos, solamente en Asturias existen 42
variedades. En total, 28 variedades cuentan con denominación de origen
protegida, como el queso manchego o el queso de Cabrales.
Esta
indicación geográfica está regulada para los países miembros de la Unión
Europea, aunque con particularidades para cada uno de ellos. Funciona de forma
muy parecida en Francia, donde se denomina Appellation d'Origine Contrôlée,
cuyos orígenes se remontan al siglo XV, en el primer intento de proteger el
queso roquefort. Este queso fue el primero en obtener la acreditación de la ley
moderna francesa, que ya cubre a más de 40 quesos diferentes. También en Italia
la Denominazione di Origine Protetta protege a quesos como el parmesano (bajo
la marca Parmigiano-Reggiano), en Grecia al queso feta, o en el Reino Unido al
stilton y cheddar.
Tipos de leche usada
La
leche más utilizada en la fabricación de quesos es la leche entera de vaca,
debido principalmente a que es la leche con mayor producción. Los quesos
obtenidos a partir de leche vacuna proceden de zonas fértiles, aptas para la
ganadería bovina, como las llanuras del norte de Europa, los Alpes, los
Pirineos o la Cordillera Cantábrica. Hoy en día la producción de estos quesos
se ha extendido por todo el mundo, con el uso de leche procedente de granjas
lecheras.
Claros
ejemplos de quesos de vaca son el gouda neerlandés, el emmental suizo, o el
queso de tetilla de Galicia, todos ellos con texturas, sabor y color parecido.
En general, la leche de vaca da al queso un sabor más suave que la de otros
tipos de queso, aunque ello depende de otros muchos factores, por lo que es
fácil encontrar quesos de vaca de sabor muy fuerte, como el Harzer Käse alemán,
o el gorgonzola italiano.
La
leche de vaca entera es muy rica en grasa, por lo que es común utilizar leche
desnatada, o semidesnatada, con el fin de reducir el contenido en grasa. Sin
embargo, la grasa es uno de los elementos que más influye en el sabor del
queso, y por norma general, usar leche desnatada es sinónimo de pérdida de
sabor.
En
las zonas mediterráneas, donde no abundan las vacas, es más común usar leche de
oveja o de cabra, lo cual da un punto de acidez al queso. El queso castellano,
el manchego, el roquefort, o el feta están hechos de leche de oveja. Un ejemplo
de queso de cabra con denominación de origen es el queso majorero, elaborado en
la isla canaria de Fuerteventura. También es posible mezclar distintas clases
de leche, como en el caso del queso de Cabrales (Principado de Asturias,
España), en el que se utiliza una mezcla de leche de vaca, oveja y cabra.
También
se utiliza la leche de otros muchos mamíferos, como la de búfala en la
mozzarella original (hoy en día se utiliza también la leche de vaca), pero es
algo bastante más difícil de encontrar, en comparación con las leches ya
mencionadas.
Quesos frescos
Los
quesos frescos son aquellos en los que la elaboración consiste únicamente en
cuajar y deshidratar la leche. A estos quesos no se les aplican técnicas de
conservación adicionales, por lo que aguantan mucho menos tiempo sin caducar.
Su mantenimiento se podría comparar al de los yogures, pues es necesario
conservarlos en lugares refrigerados. El hecho de procesar la leche en menor
medida hace que tengan sabores suaves y texturas poco consistentes.
Con
estas características, son utilizados como ingredientes para ensaladas, como el
queso de Burgos, uno de los más consumidos en España. En Italia el queso por
excelencia en las ensaladas es la mozzarella, que se elabora introduciendo la
cuajada de la leche en agua caliente, de tal forma que se van creando masas en
forma de bolas por efecto de la temperatura. En ciertas zonas del sur italiano
se consume la mozzarella a las pocas horas de su elaboración. La mozzarella
también es el más utilizado como ingrediente de las pizzas, sin embargo, para
ello se utiliza una variedad más deshidratada, que no corresponde a un queso
fresco.
También
se utilizan quesos frescos en postres, o como ingredientes de salsas. El
mascarpone italiano y el queso quark alemán son ejemplos de ello, con texturas
muy cremosas.
Quesos curados
El
curado de los quesos consiste en el añejamiento de los mismos, en un proceso en
el que se secan y adicionalmente se aplican técnicas de conservación, como el
salado o el ahumado. El tiempo necesario para considerar a un queso como curado
puede variar de uno a otro, pero en general se requiere un mínimo de año y
medio o dos años.
El
proceso de curado hace que obtenga una textura bastante más dura y seca, así
como que se incremente la intensidad de su sabor, propiedad muy deseada entre
los amantes del queso. Sin embargo, muchas personas no toleran los sabores
fuertes, por lo que es fácil encontrar distintas variantes de curado para un
mismo queso, catalogándolos normalmente como tiernos, semicurados y curados.
Ejemplos
de quesos curados pueden ser el queso manchego o el gouda. Sin embargo, el
gouda se suele exportar con un curado aproximado de medio año, mientras que en
la Holanda Meridional se puede encontrar más añejo, pudiendo llegar a los dos
años.
El
grana padano y el parmesano también se curan, pudiendo sobrepasar tiempos de
tres años. Tienen una textura extremadamente dura, lo que facilita su consumo
de forma rallada, como condimento o relleno de pastas italianas.
Recientemente
se ha empezado a comercializar en España una variedad de queso en conserva,
capaz de conservarse varios años sin abrir y sin ver variadas ninguna de sus
características.
Quesos cremosos
El
queso tiene un estado natural sólido, sin embargo es posible obtener una
textura más cremosa aumentando significativamente la cantidad de nata, y por lo
tanto de grasa. Estos tipos de queso se consumen normalmente acompañados de
pan, siendo común el uso de los mismos en tostadas.
Ciertos
quesos franceses tienen una gran tradición por su textura cremosa. El queso
camembert, de características similares al brie, es uno de los más famosos,
característico por su corteza blanca florida, consumida junto al queso y que le
da un toque de sabor amargo. La denominación de origen de este queso lo obliga
a comercializarse siempre de forma redonda, e incluido en una caja de madera.
Un
tipo de queso de producción más moderna es el queso crema. Se trata de una crema
blanca, distribuida en tarrinas similares a las de margarina o mantequilla. Se
consume ampliamente en desayunos y postres, y una variedad de Estados Unidos es
el ingrediente principal de algunas tartas de queso.
En
la elaboración de postres se suelen usar cremas de queso, combinadas con
sabores dulces. Un ejemplo de ello es la crema de queso mascarpone, muy usada
en la elaboración de tiramisús. El queso quark también se usa en multitud de
recetas de postre en la cocina alemana o austriaca.
También
es posible encontrar quesos de textura semicremosa, pues no se puede considerar
sólida ni crema, como la torta del Casar de Extremadura, en España. Este queso,
aunque se puede consumir crudo, es típico por ser cocinado unos minutos al
horno, de forma que quede total o parcialmente líquido. Al igual que el
camembert, tiene una corteza florecida, consumida junto al queso por quienes
gustan de sabores fuertes o amargos.
Quesos verdes o azules
Estos
quesos se distinguen por la presencia de mohos, los cuales les dan sus colores
verdes o azulados. Quizá sea la variedad que más rechazo pueda causar a simple
vista, debido al color y al fuerte olor, que puede recordar al de la
descomposición. Sin embargo, su intenso sabor es uno de los más apreciados por
los gourmets del queso.
Para
conseguir la proliferación de los mohos hay que almacenar los quesos en lugares
con humedades muy elevadas, normalmente del orden del 90 %. Excelentes lugares
para ello han sido tradicionalmente las cuevas. Los mohos que proliferan en los
quesos normalmente son del género Penicillium, en el que varias de sus especies
reciben el nombre del queso en el que se encuentran, como el Penicillium
camemberti (en la corteza del camembert), o el Penicillium roqueforti, del
queso roquefort. Una creencia popular totalmente falsa es que estos quesos
contienen gusanos o larvas; el queso que los contiene es el queso de gusanos de
Cerdeña.
Uno
de los frecuentemente llamados “rey de los quesos” es el roquefort, producido
en las cuevas francesas de Roquefort-sur-Soulzon, según marca su denominación
de origen protegida. Otros quesos famosos por sus mohos son el queso de
Cabrales asturiano, el queso stilton procedente de Inglaterra, o el queso
gorgonzola italiano, que puede encontrarse en una variedad dulce (aunque
ligeramente picante), y otra de sabor mucho más fuerte y picante.
La crema agria:
Es
una crema de leche fermentada, con adición de sal y aditivos permitidos; de
textura suave, aromática, sabor ácido, el cual la diferencia de la crema de
leche (nata), además de la alta viscosidad.
Se
prepara de forma artesanal depositando leche fresca en un bote de madera y
cortándola con cuajo. Luego se quiebra con las manos, se junta para hacer una
bola de queso, se exprime, se desmenuza con las manos y se echa en un calabazo
grande que en la parte inferior debe tener un hueco. Se tapa con el pico de una
tusa (mazorca a la que se le han retirado los granos) por donde debe escurrir
bien. Se deja para el día siguiente, se le echa nuevamente leche al bote y dos
horas después se recoge la grasa. Se bate bien con leche al gusto, se echa al
calabazo, se tapa bien por 4 días, y por el orificio se destapa el calabazo con
cuidado para sacar la escurridura. Finalmente, se revuelve suavemente con un
molinillo.
Lácteos en la cocina
Muchas
de las gastronomías del mundo emplean los lácteos bien sea como ingrediente o
como acompañamiento de platos principales. Se emplean en la elaboración de
algunas preparaciones como:
• Salsas y salsas para mojar, el tzatziki
elaborado con yogur griego, la salsa holandesa, la salsa de nueces, etc. La
mantequilla participa como ingrediente de numerosas recetas de salsas
francesas.
• Como ingrediente de aliños de ensaladas
y de diversos platos. El yogur (mezclado con una vinagreta) se emplea en el
aliño de ensaladas; el queso Parmigiano-Reggiano en finas 'escamas' acompaña a
los carpaccios de carne y a algunos platos de pasta italianos.
• Elaboración de diversos aperitivos.
• Como ingredientes de dulces y postres
diversos. Uno de los más conocidos es el helado, pero participan en numerosas
cremas elaboradas en repostería.
• En algunas gastronomías como en Tíbet se
toma té con mantequilla de leche de yak, se trata de un té de sabor salado, en
la cocina pakistaní se elabora también el té combinado con diversos productos
lácteos.
En
las cocinas occidentales forma parte de algunos desayunos: como pueda ser
muesli, yogur con frutos secos, etc. Algunas de las cocinas asiáticas lo
emplean en sus preparaciones culinarias, tal y como puede verse en algunos
platos elaborados en la cocina india y turca. En algunos países del este de
Europa (Polonia) existían durante el periodo soviético unos bares especiales en
los que servían productos lácteos. La popularidad de estos productos es mayor
en las regiones frías del norte de Europa: en Islandia es bebida nacional el
skyr, que es una bebida (empleada a veces como salsa) con un contenido graso
muy bajo.
Aspectos Culturales.
La antropología cultural ha intentado explicar el
fenómeno a partir de la respuesta de los grupos humanos a la distinta
exposición al sol en distintas latitudes. De hecho, los productos lácteos se
consideran uno de los principales logros de la evolución cultural ya que las
razones evolutivas aducidas están ligadas al equilibrio con otro nutriente
esencial que, como la lactosa, ayuda a la absorción del calcio, también los lácteos han suscitado polémicas sociales derivadas de las
propiedades de la leche y, de esta forma, hay grupos sociales que evitan su
consumo por motivos éticos como pueden ser algunos tipos de vegetarianos, en
especial los ovovegetarianos (que no comen carnes o productos lácteos, pero sí
huevos) o los veganos (del inglés vegan), que se nutren exclusivamente de
alimentos de origen vegetal (rechazando por tanto el consumo de huevos, lácteos
y miel).
Otros grupos sociales
evitan la ingesta de algunos productos lácteos debido principalmente a
imperativos o preceptos religiosos. De esta forma se pueden encontrar entre los
musulmanes practicantes ciertos productos lácteos permitidos (halal). La leche
está aconsejada en el Corán (azora XVI, aleya 66); también se permiten los
quesos (siempre que se haya empleado las enzimas adecuadas en su elaboración),y
yogures y cremas (siempre que se hayan incorporado aditivos alimentarios
halal).En el judaísmo se establece igualmente una distinción entre qué
productos lácteos se deben o no consumir y se describe su consumo apropiado la
Torá. A veces se dan prescripciones culinarias exactas («la carne de un cabrito
no debe ser cocida en la leche de su madre» Éxodo; Éxodo; Deuteronomio 14:21).
Las normas que seleccionan la idoneidad del producto lácteo se circunscriben al
cashrut y a veces llegan a ser muy estrictas, como el proceso denominado
chaslav Yisrael, practicado en Israel.
Otros grupos sociales
abandonan el consumo de productos lácteos por temas de sensibilidad hacia los
animales lactantes, mostrando con estas acciones su repulsa ante los sistemas
de ordeño automático y a la inclusión de antibióticos para evitar la infección
de las mamas durante dicho proceso. Otros grupos evitan su consumo por una
conciencia hacia los temas medioambientales que puede suscitar la industria
láctea y algunos de los sectores económicos anexos: la ganadería industrial
produce muchos residuos medioambientales. Otros grupos rechazan su consumo por
temas de salud pública o por la preocupación social derivada de sus posibles
efectos sobre la salud (cáncer, efectos de intolerancia, alergias, etc). En la
cocina Asiática el queso no tiene apenas presencia significativa, ni como
alimento diario, ni como ingrediente en otros platos. La razón ha sido
estudiada por la antropología cultura. El prestigioso antropólogo
estadounidense Marvin Harris reconoció que es una de las pocas razones que
puede tener causa genética, que es debida a la intoleracia a la lactosa en la
población adulta Asiática (salvo en la población indoeuropea donde es escaso),
aunque no renuncia a encontrarle a su vez una causa ecosocial.
La población China nunca
aceptó los productos lácteos, aborrecen la leche, al considerarla como una
secreción repugnante y que beberse un vaso es como beber un vaso de saliva. Con
esta creencia no es de extrañar que cerca del 90% de los chinos y de los
pueblos no ganaderos habitantes del Asia oriental carezcan de lactasa
suficiente para digerir leche sin fermentar en la edad adulta. A pesar de esta
creencia si los chinos y los habitantes del Asia meridional hubiesen adoptado
la producción de leche como una modalidad de producción de alimentos, podrían
haber superado con facilidad su insuficiencia de lactosa, consumiendo
fermentados… es aquí donde los antropólogos nos muestran que la respuesta está
relacionada con la diferencia entre las limitaciones y las oportunidades
ecológicas de los hábitats chino e indio, y debe darse en términos de selección
cultural, y no de selección natural… China, para conseguir los animales de
tracción que necesitaba, dependía del comercio con los pastores del interior de
Asia. Por esta razón los agricultores chinos no tenían motivos para criar vacas
en sus pueblos. Si no hay vacas, no puede haber leche ni cocina basada en ella,
En China los cerdos ocupan el principal la carne y el tocino de cerdo son a la
cocina china lo que la leche y la mantequilla a la india.
A pesar de ello, en China
actualmente el consumo está aumentando notablemente, con el doble de ventas en
2006 a las de 1996 (aunque todavía con cantidades pequeñas de treinta millones
de dólares USD al año, ridícula para la población existente en China). Un
alimento tradicional chino es el tōfu, cuya fabricación y textura son muy
parecidas a la del queso, pues consiste en la coagulación de la leche de soja
(a base de soja y agua). El tōfu es comúnmente llamado “queso chino”. En otras
partes de Asia se puede encontrar fabricado con leche de yak, o incluso de
yegua en las estepas siberianas, en el ema datsi, el plato típico de Bután, a
base de queso casero y chile (ajíes); o en la India, donde se usa una variedad
llamada paneer para acompañar al curry.
Para los antiguos griegos
el queso era «un regalo de los dioses».
fábulas y refranes
• Fábula del queso y el cuervo
(al que la zorra engañó para que abriera el pico con el que lo sujetaba
alabándole la dulzura de su canto).
• «Uvas con queso saben a
beso». «Uvas, queso y pan, saben a beso de sacristán».
• «Dárselas a alguien con
queso» (equivalente a engañar: se dice que los vinateros manchegos ofrecían
queso curado previamente a degustar el vino a los compradores: cualquier vino
malo parece bueno).
• «El pan sin ojos, y el queso
con ellos». «El pan con ojos, el queso sin ojos, y el vino que salte a los
ojos».
• «Con buen queso y mejor
vino, más corto se hace el camino».
• «Al que pide en exceso, le
dan lo que envuelve al queso» (la corteza, algo sin valor).
• «Todos los días queso, y al
año, un queso» (o sea, que bien poco se come).
• «No hagas comida con queso
ni sin queso» (refrán asturiano).
• «El queso es sano, el que da
el avaro» (dice que al comer el queso en pequeñas cantidades se saborea mejor y
sin daño para la salud).
• «El queso y el barbecho en mayo
se han hecho».
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